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Las gafas de nadar se deben apoyar en los huesos orbitarios, es decir, en los huesos alrededor del ojo que forman la órbita. Si las gafas son demasiado pequeñas y se apoyan sobre el globo ocular, pueden producir dolor, visión borrosa e incluso dañar el ojo. Si las gafas están adecuadamente apoyadas sobre los huesos y causan hinchazón de la piel, puede ser que estén demasiado apretadas. Si la hinchazón es muy marcada y voluminosa y, además, cursa con rojez y picor de la piel, lo más probable es que sea una reacción alérgica al material de la "montura" de las gafas que contacta con la piel. Se debe cambiar a otro tipo de gafas que no utilicen ese material.
Dr. Víctor Charoenrook
el placer de nadar
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